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debemos honrar el nombre de este blog a quien
alguna vez expresó "El mundo cambió"...
...y ya nada fue igual
Al grasa con suerte lo podemos identificar fácilmente porque existe gracias a un pariente. Todos se preguntan cuales son sus méritos para estar donde está, cuando de tanto preguntárnoslo no encontramos respuesta se lo cambia de puesto de trabajo (para mejor), se debate entre ver televisión entre un plasma o un LSD, le escriben las notas, viste muy mal y se la pasa viajando. Pero un grasa con suerte... siempre tiene olor.Podriamos concluir que estas tres categorías son una misma subcategoría: el grasa con olor a grasa.
Al grasa sin suerte también es fácil identificarlo. Es casi todo lo contrario al grasa anterior: existe aunque no tenga parientes influyentes, no tiene muchos méritos, está en el mismo puesto hace años, no tiene plasma ni LSD, viste mal, viaja de vez en cuando y... también tiene olor.
Al grasa que cree tener suerte pero no la tiene es un poco más difícil de identificar: solo existe, cree que tiene méritos pero igual lo cambian de puesto de trabajo, no mira tele, también viste mal, no viaja nunca, y... tiene olor.