viernes, 6 de julio de 2007

¿Será peligroso este blog? (Parte 4)


“El maní es sumamente adictivo. El maní es grasa. Los maníes son grasa. Además, tengo un primo que los llama 'manices'. Más grasa aún”.
Publicado por Tamara Di Tella en Junio 1, 2007 a las 8:00 am | Comentarios (149)




Al estar conectados con tantas almas (porque a los dos nos visitan mucho), la gente mala como yo y mi amiga Tamara, tenemos la virtud de utilizar la misma escala de valores al definir a las personas que nos rodean: están los grasas y nosotros.

Partimos de la base que grasas siempre son los demás, que no hay relación entre posición económica y gracitud (a pesar que la gente pobre tiende a ser muy grasa), y que dentro de esta gran categoría podemos encontrar subcategorías como grasa con auto, grasa rubia, grasa que vive en recoleta, grasa que se cree lindo, grasa que no sabe que significa grasa, grasa que no deja propina (je!),grasa muy grasa, grasa hasta para decir maníes, etc. etc.

Pero la gente mala como yo y mi amiga Tamara no dejamos de sorprendernos con estos tres estereotipos: el grasa con suerte, el grasa sin suerte, y el grasa que cree tener suerte pero no la tiene.
Al grasa con suerte lo podemos identificar fácilmente porque existe gracias a un pariente. Todos se preguntan cuales son sus méritos para estar donde está, cuando de tanto preguntárnoslo no encontramos respuesta se lo cambia de puesto de trabajo (para mejor), se debate entre ver televisión entre un plasma o un LSD, le escriben las notas, viste muy mal y se la pasa viajando. Pero un grasa con suerte... siempre tiene olor.

Al grasa sin suerte también es fácil identificarlo. Es casi todo lo contrario al grasa anterior: existe aunque no tenga parientes influyentes, no tiene muchos méritos, está en el mismo puesto hace años, no tiene plasma ni LSD, viste mal, viaja de vez en cuando y... también tiene olor.

Al grasa que cree tener suerte pero no la tiene es un poco más difícil de identificar: solo existe, cree que tiene méritos pero igual lo cambian de puesto de trabajo, no mira tele, también viste mal, no viaja nunca, y... tiene olor.
Podriamos concluir que estas tres categorías son una misma subcategoría: el grasa con olor a grasa.

Por eso la gente mala como yo y mi amiga Tamara no comemos “manices”. Mientras tanto les dejamos un amontonamiento de grasas para que los ubiquen en alguna de las subcategoría:



Hasta el viernes.